Primer aporte

Enseñar. Es un proceso mágico, uno no sabe muy bien como ocurre, pero de repente al estudiante le brillan los ojos y es el brillo de: “entendí”. Ese brillo y brillos parecidos me cautivaron hace varios años. He tenido diferentes experiencias: he dado charlas, talleres, asesoría y cursos cortos; pero me consideró un total prímipara, porque es la primera vez que tengo clases continuas por más de un mes o sea es la primera vez que trabajo en una institución educativa, con las características típicas de una y doy una materia, como tal. Enseño, hace cuatro meses, dos cursos: Ética y Relaciones Humanas, y Comunicaciones y Relaciones Laborales. Les enseño a adolescentes y adultos, que estudian para ser técnicos o mandos medios en empresas industriales.

Para mi ha sido muy extraño esto de ver al mismo grupo día de por medio o todos los días, la novedad era parte de la energía de mis charlas y eso cuando se trabaja con el mismo grupo, es difícil de mantener. Emocionalmente me ha costado mucho, porque me desgasto cuando veo que rechazan alguna metodología que invente o les veo la cara de “estoy aquí porque me toca”, también cuando les hablo y parece como si mis palabras sólo fueran un ruido más o peor aún cuando incumplen, e incumplen y vuelven a incumplir. Y me duele el alma cuando me miran con desprecio o rabia.

Me ha costado mucho:

Soy aceptable en:

Y la gran sorpresa ha sido: tener tan expuestas las emociones, mejor dicho me fascina tanto esto que abrí el corazoncito mucho y por eso me han dolido tanto tantas cosas, como que pensé que los estudiantes eran un equipo de trabajo, lo cual es cierto, pero se me olvido que eren estudiantes y que probablemente iban a tener las reacciones más típicas y los hábitos tan horrorosos como los que yo tenía,y tengo, como estudiante.

Publicado por Amanda Granados a las 7:09 p. m.,

2 Comentarios:

A las 6:41 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

mmm... eso de que se les note que les importa un carajo es como complicado... uno también lo hacía, claro, pero no sabía la desmotivada que le pegaba al profesor. ¿qué podemos hacer frente a eso?

y lo otro, que viene desde lo de miss cerebro: ¿cómo manejar el tema de la confianza y la cercanía? es cierto que no queremos ser de esos profes distantes y antipáticos, pero ¿no se nos va la mano a veces y llegamos a un punto en que son los estudiantes quienes tienen el poder en el salón?

 
A las 12:59 a. m., Blogger Amanda Granados dijo...

1. pues, lo primero es ver cuantas caras son y con que regularidad,esto para lograr un nivel de preocupación justo. porque los chinos tienen sus dias como todos y de pronto no tiene que ver con uno ni con la clase. si la cara es continua y repetitiva,yo me les he acercado y con sencillez les pregunto:cómo te sientes en mi clase? me interesa escuchar tu opinión. creo que también es importante hacer una clase creativa, yo creo que enseñar es un espectáculo y que la gente se debe gozar la clase y encontrarla bien tramadora. se debe ser creativo y dinámico.

2. con lo de la confianza a mi me ha servido mucho el buen humor en la clase y fuera de ella, es util transmitir una imagen positiva, que genere confianza pero sin dar muchos datos personales, no usar sus misma bromas, no pasar mucho tiempo con ellos fuera de clase y mantener una distancia corporal prudente, en pocas palabras no comportarse como uno más del grupo de amigos. esto puede sonar feo pero si uno mantiene esa distancia se gana el respeto de ellos y cuando tiene el respeto la clase fluye más y rinden más en la tareas y si hay admiración, hasta hay posibilidades de que hablen y participen más.

pienso tantas cosas...

 

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